Por donde seguir

A partir de la charla que tuve con Mariela surgieron algunas ideas y me quedé pensando sobre cosas con las que quisiera seguir experimentando.

Por un lado, lo solemne asociado a lo patriarcal, al concepto de tecnología y datos neutros, sin errores, sin sesgos, a la era de el positivismo tecnocientífico. Por el otro, lo irónico como idea contrapuesta utilizada históricamente desde el cyberfeminismo y distintas corrientes artísticas como por ejemplo el net art.

Se me vino a la cabeza VNS Matrix y su manifiesto, con una imagen que difundieron por la web y a su vez en el espacio público a principios de los ’90 como ejemplo de esto último.

También sigo identificando otro “carril” en paralelo que tiene que ver con la poesía, lo visual, pescar lo que no es palabra. Si bien aún no encuentro un vínculo directo con “los datos” es algo que quiero seguir explorando.

Así es que en la charla surgieron nombres de artistas como Olia Lialina y la posibilidad de indagar en la poesía visual.

Llegué a la idea de romper lo solemne en la imagen, porque tal vez las experimentaciones con visuales que hice durante la maestría fueron más bien intentando estilos “visualmente perfectos” (me gusta por ejemplo el trabajo de Zach Lieberman). Esta reflexión me llevó a pensar que en realidad hice también experimentaciones aisladas que no eran de este tipo, como por ejemplo una imagen que había intervenido con Processing, algo que parecía no tener nada que ver (como el romanesco):

Y así es como terminé pensando en que quisiera experimentar visuales usando referencias del Glitch Art y profundizar más en el manifiesto de Rosa Menkman que alguna vez había leído.

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